Humedad, frío y cambios de temperatura son la mezcla perfecta para enfermarse. Sin embargo, una alimentación rica en vitaminas puede ayudar a reforzar nuestras defensas y evitar terminar aburridos en cama.
Además, nuestro sistema inmunológico tiende a debilitarse por el estrés, el ritmo de vida acelerado y por la mala alimentación. Es por eso que la dieta juega un papel crucial en el fortalecimiento del sistema inmune para evitar el contagio de enfermedades.
Las vitaminas A, E, B y C son aliadas imprescindibles para mejorar las defensas. Ejemplos de alimentos ricos en vitamina A son algunas frutas y verduras de color rojo, como el tomate, la betarraga, las fresas y cerezas; también vegetales verdes como la espinaca o la lechuga, y otros como la zanahoria y el zapallo. En tanto, algunos clásicos que contienen vitamina E son el aceite de oliva, girasol o soja, frutos secos, cereales, germen de trigo, espárragos y hortalizas de hojas vedes. Entre los del complejo de la vitamina B, destacan el pescado, los huevos y las legumbres, así como los cereales, productos lácteos, carne e hígado, entre otros. Y con vitamina C, los cítricos y algunas verduras como brócoli, pimiento y papas.
Silvana Saavedra, docente de la Universidad del Pacífico, preparó una lista de alimentos que pueden ayudar a mejorar las defensas de nuestro cuerpo.
– Alimentos ricos en vitamina A, como tomates, betarragas, fresas, cerezas, espinaca, lechuga, zanahoria y el zapallo.
– Alimentos con vitamina E, como aceite de oliva, girasol o soja, frutos secos, cereales, germen de trigo, espárragos y hortalizas de hojas vedes.
– Alimentos del complejo de la vitamina B, como pescado, huevos, legumbres, cereales, productos lácteos, carne e hígado.
– Alimentos con vitamina C, como cítricos, brócoli, pimiento y papas.
– Ajo y cebolla.
– Hongos y setas.
– Al menos 2 litros de agua al día.